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domingo, 16 de diciembre de 2018

Campo de Moria - Lesbos, Grecia

Hace un año, para estas fechas, me encontraba en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos. Esa experiencia me golpeo muy duro. Las vivencias, aunque previstas, excedieron en mucho lo esperado. Frustración, impotencia, vergüenza, rabia... y la inevitable realidad de comprender que todos estamos expuestos a sufrir dramas iguales o similares. Son pocos los que dudan de que el mundo está en manos de los peores dirigentes políticos, los que guiados por sus ambiciones de poder y riqueza, llevan las guerras a todos los rincones de la Tierra, siempre, claro, lejos de sus propios países. Tampoco pensamos mucho a la hora de votarlos. Solo si serán propicios sus gobiernos para nuestra economía personal y nunca nos preguntamos si nuestro confort (siempre escaso), se cimenta en el dolor y la miseria de otros pueblos.
Nada a cambiado, al menos para mejor. Seguimos mirando para otro lado. Es muy duro aceptar la miserable realidad. Todo se puede "justificar", aunque para hacerlos renunciemos a nuestros "principios" religiosos, éticos o morales (los que nos enseñaron y nosotros transmitimos como autómatas a nuestros hijos). Siempre la guerra, la muerte, el hambre y la miseria serán ajenos... al menos así lo creemos.
En ver a cualquier ser humano, cualquiera sea su origen, color o religión como un HERMANO, está la clave para salir de la mierda, que indefectiblemente nos enchastra.  


Los niños son lo que más duele. No les bastó con la guerra y la destrucción que trae. También debieron peregrinar y jugarse la vida en el mar para alcanzar la Europa soñada.... que les da la espalda.


Bastien, voluntario francés de Burdeos, yo, un refugiado iraquí que a pesar de disponer ya de su visado, continuaba en el campo como voluntario (hoy vive en Alemania) y Marc, un joven y generoso voluntario catalán que también aportó lo suyo en África


La voluntad de ayudar está presente en la inmensa mayoría de los refugiados y no importa la edad..... la vida les ha enseñado que hay que luchar desde pequeños.

Comparto la pintada. NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL. Ilegal e inmoral es generar miseria y además justificarlo.


Mi amigo Abdulha, de Alepo. Su casa fue destruida y pudo poner a salvo a su familia, ahora en Suecia, pero a él no le autorizaban la entrada y mientras mal vivía en Moria, organizaba el reparto de elementos y mediaba en los conflictos. Un Gran Hombre. Deseo lo mejor para él.
Estas son las vallas y concertinas de Moria. Los contenedores vivienda fueron previstos para albergar a 2500 personas, pero se llega a casi diez mil...... 


El espacio se satura de tiendas y toldos.. ahí malviven las familias. Sin electricidad, ni calefacción, ni agua caliente (solo 4 horas diarias de agua fría), sin espacios de recreo ni contención para los niños......

Más tiendas y plásticos para aislar del frío y protegerse del agua 



El campo no alcanza y los olivares vecinos se pueblan de tiendas...


Siempre hay lugar para la música y la alegría



Esas son las "oficinas" donde se extienden los pases para ingresar a Europa. Quizá solo sea a Athenas y para continuar en un campo, pero más digno. Los refugiados se agolpan frente a las alambradas suplicando ser atendidos y conseguir los benditos "papeles"

Este es un lavadero. Aquí se higieniza la vajilla y la ropa. Cuatro horas al día hay agua






Llueve, pero hay que jugar y los pies descalzos no sienten el frío 








Llegó comida y hay que vaciar el camión... todos ayudan.
 Esta niña era una leona luchando por alimentos y leche para sus hermanos. Me asombró su dureza y determinación. 


Los improvisados columpios proveen alegría y entretienen. La vida debe continuar.

El más grande de mis abrazos para todos con quienes compartí estos intensos días. Gracias por sus enseñanzas.
Un Mundo mejor es posible.


c

miércoles, 17 de octubre de 2018

Facebook.....

Tal vez, algunos de mis seguidores en Facebook se extrañe de la falta de entradas, pero he decidido dejar ese medio de comunicación.
Es la segunda vez que lo hago y creo que esta será definitiva.
Mantendré este blog, donde volcaré mis viajes.
La semana próxima comenzaré uno de pocos días, rodando por el País vasco francés y también en España.
Las temperaturas no son las mejores, pero al menos no hay pronóstico de lluvias.
Si alguien desea comunicarse conmigo, puede hacerlo a mi correo;
elpampaenbici@gmail.com

Un saludo

lunes, 17 de septiembre de 2018

Santiago, mi nieto mayor

"Vengo de los padres, que de los padres de mis padres fueron y seguiré vivo en los hijos, que de los hijos de mis hijos vengan"

La sangre viaja, me dijo alguien en un viaje y creo en ello.
Hoy me fui a Barcelona en bici. 
Me fui en mi nieto Santiago, que después de terminar su carrera en Argentina, ha decido recorrer mundo. Lo hace sin ruta fija y sin tiempo de final.
Celebro que mis nietos, disfruten de viajar. Voy siempre con ellos. 


 Pasado el medio día, partió dejando a su espalda el Pirineo... un día excelente.



Elijio la ruta que lo llevará faldeando las montañas del Pirineo y  lo acompañé los primeros 15 kms


Solo cruzamos tres vehículos en La Guarguera.....

En el cruce a Nocito nos despedimos. Ahora está en Ainsa, donde pasara la noche. Ya les contaré más.

viernes, 24 de agosto de 2018

Salva Rodriguez





Haber entrado al mundo de los ciclo viajeros, fue un regalo de la Vida. Hurgando en Internet, buscando información para mis posibles recorridos, descubrí el blog de un viajero singular; Salva Rodriguez, granadino, profesor de instituto, que en enero del 2006 decidió iniciar su viaje y saltó de España a África. Regresó a su tierra en junio de 2015. Rodó en bici la friolera de ciento cincuenta mil kilómetros y recorrió cuatro continentes. En los libros de la zaga "Un Viaje de Cuento", están sus experiencias en África, Asia, América y Europa y el viaje interior que esto implicó, lo cuenta en su novela "El Círculo de las Artes Efímeras - Vida de Augusto Pereira". Sus vivencias, su concepción de la Vida y de los valores por los que de verdad vale la pena luchar, me influyeron fuertemente. Creo que Salva, al igual que Diego Ballesteros, se transformaron, sin pretenderlo, en Maestros de Vida.
Al igual que pude rodar en bici con Diego, tuve la suerte de tener a Salva en mi casa, el día que regresó a España. Con ambos mantengo una relación que me enriquece y agradezco.

lunes, 6 de agosto de 2018

Diego Ballesteros. De "Mis Viajes"


                                                        Diego Ballesteros Cucurull
En junio de 2011 fui en busca del dorsal con el que participaría en la Treparriscos, una prueba cicloturística que se desarrolla simultaneamente con la Quebrantahuesos, recorriendo  caminos de los Pirineos, cercanos a mi casa. Entre ambas nuclean más de once mil participantes. 
Entre los stands que ofrecían material dedicado al ciclismo, uno vendía un libro de viajes. "Zaragoza a Pekín, 12882 kms. en bicicleta".  
Su autor firmaba los ejemplares desde una silla de ruedas. Después del viaje, hecho en 2008, sufrió un accidente que lo dejó con irrecuperables lesiones medulares. Hablé con el unos instantes y me dedicó el libro. "Querer es poder", había escrito Diego. 
Lo leí con ansiedad y al concluirlo tenía claro que viajaría en bicicleta. Al año siguiente hice mi primer recorrido, uniendo mi casa en Huesca con el lago Bodense en el sur de Alemania. 
Al día de hoy llevo hechos más de quince mil kilómetros y diecinueve países y dentro de ese historial, puedo presumir de haber rodado junto a Diego, desde el Mediterráneo a Burdeos. 
Diego no se entregó después de su accidente y hoy compite entre los mejores del mundo, llevando a fuerza de brazos su triciclo. Sigue siendo el impulsor de mis pedaladas por el mundo.

jueves, 26 de julio de 2018

Eva. De mis "viajes"


Gran parte de este viaje, el que se inicia en mi adolescencia y llega hasta estos días, tuvo una partícipe necesaria, aunque pocas veces aparece en el relato. 
Se trata de Eva, mi compañera de la Vida. 
Con ella comparto tres hijos y más de cincuenta y cinco años de camino. 
Los momentos más difíciles se hicieron llevaderos, sabiendo que estuvo siempre apoyando y luchando de manera incondicional junto a mí. 
Nunca me sentí prisionero o limitado. Si pude concretar mis sueños, fue porque ella no les puso barreras. 
Regresando de un viaje en bicicleta por Cuba, recibí "el dictado" de esta poesía
                                     
              Viento Eva

Hay un viento Eva que me lleva lejos.

Solo hace falta que muestre las ansias
de salirme al mundo a buscar encuentros.

Mientras yo camino despierto mi sueño,
su fuerza me lleva soplando en silencio.
Me vuelve al futuro.
Descubro el pasado.
Conozco al hermano.

Y ese viento Eva soplando a mi lado.

Y esa inmensa fuerza, que nunca me ha atado,
sin que yo lo note, cuando estoy cansado,
me levanta suave, me acomoda el rumbo, me alisa el camino.
Y feliz retorno de nuevo a su lado.

Sin haberme ido.

Sin haber zarpado.

30-1-16  Viajando en bus Santiago de Cuba - La Habana (20') 

sábado, 14 de julio de 2018

Hermes Eugenio Pérez (a) Gallego o Negro


Dios los cría y el viento los amontona. 
Así dicen en mi tierra, cuando quienes se parecen se juntan. 
Me amontoné con el "Gallego" Pérez unas vacaciones, hace más de treinta años. Coincidimos con nuestras familias en un solitario y aislado lago de la Patagonia.
Dijo el Maestro Atahualpa Yupanqui; "Un amigo, soy yo en otro cuero". Y eso somos. 
Tenemos un viaje propio, que excluye absolutamente a quien se acerca. 
Hemos navegado en bote neumático, el río Colorado, desde sus nacientes en la cordillera de Los Andes, hasta su final  en el Atlántico. Lo mismo hicimos, circunvalando los 360 kms., del lago Nahuel Huapi. Todos los refugios de montaña de la región de Bariloche, nos dieron cobijo para nuestras interminables charlas. Y con casi un siglo y medio de vidas sumadas, nos dimos el gusto de volver a viajar juntos, ocho mil kilómetros de Europa. 
Transitamos juntos intensas experiencias, de las que dejan marca. 
Casi no necesitamos hablar para entendernos. 
Mi carro de viajes, se llama Eugenio.

sábado, 30 de junio de 2018

La Vida es otra cosa.... ( de "Mis viajes")




                                              La Vida es otra cosa
Entre mis vecinos, había un hombrecito extraño. O mejor dicho,  diferente. Era de baja estatura, usaba gruesos anteojos y se movía con velocidad y gestos mecánicos. Era relojero y músico. Tocaba el bandoneón y había desarrollado un sistema, que utilizando luces de distintos colores, coincidiendo con los botones del instrumento, permitía a los sordos, una percepción visual del sonido del instrumento. Lo encontraba en la parada del autobús y viajaba con él diariamente, aunque más allá del saludo, no manteníamos ningun diálogo, ya que se abstraía con un libro, que idefectiblemente, tenía sus tapas forradas de papel azul oscuro.
No recuerdo como surgió la charla, ni siquiera de que hablamos, pero si me quedó grabada su frase; la Vida es otra cosa. Fue la iniciación a otro viaje. Esta vez por territorios más complejos y fascinantes. Un viaje que parece iniciado ayer y no en mi adolescencia. Un viaje del que felizmente no vislumbro el final. El de encontrar la suprema razón de la Vida, de comprender el Plan maravilloso que anima el Universo. EL VIAJE.
Mil gracias Maestro  Vicente "Tito" Chiminelli.

viernes, 15 de junio de 2018

La señorita Orleana

En los siete años que transcurrieron, mientras recorría la escuela primaria, hubo uno, que guardo como un tesoro. 

Ese año me proveyó de elementos que conformaron, entre otras cosas,  mi actitud ante la vida. 

Fue mi maestra durante 1958, el año que la perrita Laika circunvaló la Tierra, Orleana Pazcuzzi  vda. de Cortés. Así firmaba, la que para nosotros era simplemente; la señorita Orleana. Fueron los años más fértiles y donde más aprendí. Los que me dieron alas para volar mis viajes. 

Me gustaría hacer una obra de teatro, le dije a Orleana. Siguiendo mis "instrucciones", fuimos juntos a una de las radios más famosas de Argentina, y pedimos el libreto en el programa "Juancho y sus niños actores". La representamos en unas fiestas patrias.

Me gustaría hacer un periódico escolar. Orleana me acompañó y le puso nombre: Inquietud se llamó la hoja que yo dirigía y que mensualmente tiraba tres ejemplares, escritos a mano por las compañeritas de mejor caligrafía. En él, contabamos temas de nuestra escuela y los reportajes que yo realizaba a directores y maestros. Obtuvimos mención especial, en un concursos de periódicos escolares, organizado por la Asociación Inter Americana de Prensa.

Cuando me ausenté largos días del aula, victima del sarapión, Orleana vino a casa a verme y dejó como regalo en mis manos un libro, Naves, oro, sueños.

Todavía está conmigo. Orleana digo, no el libro.

martes, 29 de mayo de 2018

DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

                                                            Descubrimiento de América
Cuando llegué a la escuela, en ese primer día, en el que me asomaba a un mundo nuevo y fascinante, me ubicaron en un pupitre que estaba junto al de José Manuel Camiña. Era un niño serio. Demasiado serio. Su piel era mucho más oscura que la mía. Ambos teniamos apenas seis años y comenzabamos un viaje que nos mantendría juntos, con ausencias temporales,  hasta hoy.
En un momento, que no pùedo precisar, se nos sumó "Chiche" Ceballos. Entre los tres no sumabamos 25 años y asomados a un mapa de América, planeabamos un viaje, que atravezando La Pampa y los Andes, nos llevaría hasta Canadá. Lo vengo armando de a retazos. Chiche se fue en un viaje que tiene mucho de olvido. Con el Negro Camiña, me separan once mil kilómetros, pero estamos cerca nuevamente.

Resultado de imagen de mapa américa

lunes, 21 de mayo de 2018

Segundo viaje




                                                   A Buenos Aires
En 1950 y ya con cinco años a mis espaldas, hice el segundo viaje que dejó marca en mi memoria. 

Esta vez se trataba de el traslado de toda la familia a la ciudad de Buenos Aires. 

Muchos amigos de mis padres nos acompañaron a la estación de trenes y junto a  mi hermano Juan Carlos, debimos soportar besos y abrazos de gente que nos resultaba extraña. Además yo estaba ansioso por subir a ese gigantesco vehículo.

Recuerdo con nitidez los olores, ruidos y colores. La locomotora era una tremenda máquina negra que resoplaba vapor. Tenía unas barras de color rojo que unían sus ruedas. El interior del vagón era de madera oscura y los asientos y colchones de las camas del camarote donde nos instalaron, eran de cuero. Ya era de noche cuando partimos y las mortecinas luces del pueblo tardaron bien poco en desaparecer.

La cena, como el desayuno, fueron en el vagón comedor. Fue mi primera comida de etiqueta. Había que comportarse y el traqueteo dificultaba la utilización de los cubiertos, cosa en la que no estaba muy experimentado. 

Curiosamente, no recuerdo nada de la noche. No recuerdo haber tenido temores, ni si tardé o no en dormirme. Sí me aparece la imagen de mi padre, asomado a la ventanilla, comprando algo en una estación muy poblada de gente. 

Por la mañana, un desfile incesante de edificios de diversas alturas, cables, parques y estaciones se producía frente a la ventana. 
Estamos en Buenos Aires, me dijo mi madre. Pasó mucho tiempo, hasta que un ruidoso grupo de hombres, que me sonreían y besaban, pasándome de unos brazos a otros, me hicieron saber lo que era un tío.

viernes, 18 de mayo de 2018

El triciclo azul



                                                           
                                                        El triciclo azul

Nací o llegué al gran viaje de la Vida, en un pequeño pueblo de la Pampa bonaerense, aunque desde que recuerdo, me atribuí a La Pampa provincia, como el sitio por el que me puse en la línea de largada. 
Más tarde, viví efectivamente en la provincia de La Pampa y prolongué mi sangre allí, con el nacimiento de mi hijo menor. 
Pero volvamos a América, que así se llama el pueblo bonaerense donde vi la luz y donde llevé a cabo mi primer viaje importante. 
Yo debía de rondar los cuatro años y era poseedor de un triciclo azul, con el que sin haber pedido los permisos que mi edad exigía, me lancé a dar ..... ¡la vuelta a la manzana!
Pasé primero frente a la panadería de don Simón y por una acera de baldosas de pequeños cuadros, lanzado a la máxima velocidad que mis cortas piernas transmitían al triciclo, llegué a la esquina desde la que se divisaba la vía del ferrocarril. 
Giré a la izquierda y un mundo nuevo apareció ante mí. Nunca me había adentrado en esas lejanas tierras. 
Sentí un placentero temor que no me detuvo y rodé con mirada curiosa, los largos ciento cuarenta y cuatro metros que me separaban de la próxima esquina. 
Allí volví a terrenos que conocía. Cruzando la ancha calle de arena, estaba la estación de ferrocarril, que recordaba de los paseos con mis padres, para ver entrar o salir los trenes a Buenos Aires. 
Volví a girar a la izquierda y aparecieron las grandes puertas del cine con sus  coloridos afiches. A mitad de esa calle, creo recordar,  alguien me preguntó que hacía yo solo ahí, pero estaba muy bien así, descubriendo lo que después supe, era la libertad. 
Sin aflojar la velocidad y en un tiempo y espacio inmensos, llegué a la tercer esquina de la manzana. 
Nuevo giro y divisando el edificio del club Independiente, alcancé la joyería de Tossar. 
Era doblar y llegar al punto de partida. Pero todavía me separaban de la sombrerería de mi padre, la friolera de unos treinta metros. 
En ese tramo descubrí, en la unión de las baldosas, un hormiguero. Eran muchas las pequeñas figuras rojizas que con frenético andar se movían en una pequeña superficie. 
Afloró en mi un instinto asesino (con los años volvió a hacerlo muchas veces) y avanzando y retrocediendo con mi triciclo azul, desencadené un caos entre aquellos pequeños seres.
Cuando los muñecos rojizos se habían extendido por la acera, satisfecho continué hasta mi casa. 
Eso era lanzarse al mundo. 
Eso era aventura 
Y eso era una forma de aprender, que la picadura de las hormigas me generaban una reacción alérgica.


jueves, 17 de mayo de 2018

EL VIAJE

La Vida es un viaje. Nosotros llenamos a ese "gran viaje" o intentamos hacerlo, de viajes menores. 

El éxito de cada mini aventura es relativo. Si nos ha gratificado le asignaremos el signo positivo. Si nos disgustó, será negativo. Pero bien vistas, esas experiencias que van llenando nuestra Vida, serán valiosas de acuerdo a su intensidad. Cuanto más ricas en alegrías o tristezas, cuanto más llanto o risas generen, cuantas más caricias o cicatrices nos dejen, más sabios seremos. 

La Vida es una hoja en blanco que nos entregan al nacer y deberemos devolver en el momento de nuestra muerte. 
Habrá quienes reintegren una hoja con pocos renglones escritos, otros llenaran una carilla. 
Habrá textos con bella caligrafía. Otros agregarán dibujos. 
Unas cuantas de esas hojas tendrán borrones, apuntes en los márgenes, textos incomprensibles y explicaciones al pie, habrán utilizado varios colores e instrumentos de escritura,  mostrarán manchas de vino, se semen y de lágrimas y no habrá espacio para incluir nada más. Así deseo yo devolver  mi página.

Tengo a mi lado seres luminosos y queridos, que me han pedido que cuente mis batallitas y reflexiones. Que las escriba. 
Voy a intentarlo. 
Me entusiasma la idea y espero que quienes se cuelen por esta ventada a curiosear mi viaje, se lleven alguna sonrisa, una lagrimita o una puerta a la duda.

jueves, 15 de febrero de 2018

Entrevista radial



El pasado verano, visitó nuestra chocolatería, un ciclo viajero vasco (Íñigo) y después de beber un chocolate frío, lo acompañé unos kilómetros en su camino. A primeros de enero, me escribió para contarme que lleva un programa radial sobre viajes, en una emisora de la ciudad de Vitoria y quería hacerme una nota. Desde luego acepté y salimos al aire, en directo, el día 11 de enero por la noche. Me enviado el enlace para escuchar el programa de esa noche, donde previo a mi charla, entrevistó a unos esquiadores que viajan por el mundo, buscando subir montañas para luego bajarlas sobre las tablas y han visitado lugares maravillosos y fuera de los destino previsibles. A partir del minuto 47:40, comienza lo mio y este hombre se tomó el trabajo de buscar una música que me identificara, y fue José Larralde y una de sus milongas lo que escuché antes de salir al aire. Se agradece. En mi blog, he colgado unos versos del Pampa Larralde, con los que me identifico;
Hace ya muchos inviernos
que he dejado de ser muchacho
y aunque ando de lomo gacho
por culpa del reumatismo,
por corazón tengo el mismo,
aunque le falte algún cacho
Este periodista y viajero se llama Íñigo “Rumenige” y su programa KASAKATXAN. Va por una radio de la ciudad de Vitoria, Euskadi, que se llama Hala Bedi Irratia. Espero les guste.
Aquí abajo el enlace:


http://halabedi.eus/2018/02/09/kasakatxan-3-16-esquiando-montanas-heladas-el-pampa-en-bici/

lunes, 8 de enero de 2018

Líderes, pastores???

¿Que estoy pensando?
Que sentirse religioso no alcanza para tener estatura moral. Entiendo que las creencias religiosas, pueden ser herramientas para crecer éticamente y buscar dilucidar los misterios de la vida. Pero lo veo como un arduo camino de búsqueda interior, en el que inexorablemente descubriremos que la humanidad es UNA y sus componentes, HERMANOS. 


En las estructuras de la iglesias, indefectiblemente, aparecen las "autoridades" y quizá algunos solo lo sean, porque pueden recitar de memoria, los textos de algún libro sagrado, pero en cuanto a egoísmo, mezquindad e insolidaridad, han logrado crecer poco o nada.


Muchos, quizá demasiados de estos líderes, esgrimen con laureles de gloria, haber sido alcohólicos, toxicómanos o ludópatas y proceden como los ex fumadores. Se tragaron todo el humo y ahora no aceptan que nadie sople.


Es cierto que cada uno elige como quiere pasar por esta vida y que la verdad tiene mil caras, pero las conductas que contradicen los principios que proclaman, deben ser repudiadas.


Nadie necesita intermediarios para llegar a Dios, pero parece ser que los intermediarios necesitan fieles para especular con Dios.


Quien trata a sus hermanos de manera utilitaria, caprichosa y de permanentes juicios, no puede ser conductor de nada.
Un líder, religioso o de cualquier actividad, debe ser seguido por su ejemplo. Por ser el primero. Por preocuparse y velar por quienes de él dependen. El líder, no es el que duerme la siesta mientras los demás trabajan. No es el que espera le limpien lo que él ensucia. No es que de manera arbitraria, resuelve cuestiones que no le incumben, pero que lo contrarían. No come mejor que su "tropa", ni descansa más que ella.


Ese tipo de pastor, solo necesita ovejas con vocación de esclavas.


Ernesto Guevara, El Ché, se declaró ateo (no creo que Dios se haya molestado por esto), pero era capaz de dar la vida por salvar a su más modesto colaborador.