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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Porque LU2DZ en el Ford

"Llevábamos esta señal distintiva, perteneciente a un radioaficionado vecino. 
Esa leyenda, en las puertas de nuestro auto, nos fue muy útil, ya que los radioaficionados que la leían se presentaban y generalmente ofrecían su estación. Tengamos en cuenta que eran muy pocas los hogares que contaban con teléfono y las llamadas de larga distancia eran una aventura con final incierto.

Recuerdo particularmente a un “tico” (costarricense), que nos invitó a su casa una tarde, y mientras llamaba buscando estaciones de argentina, compartíamos una merienda con su familia.
Apareció una estación de San Rafael, Mendoza y comentó que tenía buenas condiciones con Buenos Aires. Iban apareciendo estaciones bonaerenses, pero todas muy lejos de nuestros hogares. El mendocino seguía insistiendo, hasta que apareció una estación de Villa Adelina. Esto a no estaba a más de 20 minutos de automóvil de nuestras casas, y así fue que después de una larga espera, nuestros familiares se acercaron a Villa Adelina y con la estación mendocina como puente, tuvimos un inolvidable contacto con nuestros seres queridos.
Ya de regresó en Argentina, durante una charla sobre el viaje, entre las anécdotas que recordábamos con particular cariño, mencioné el episodio que involucró a los radioaficionados, y Mario, mi cuñado, que había llevado en su coche a nuestra familia a la estación de Villa Adelina, me informó que el operador era no vidente.
La inmensa solidaridad de todos los anónimos radioaficionados que conocimos en el viaje, que tanto nos daban y nada nos pedían, empujaban más que los 40 HP que tenía el forcito. Veinticinco años más tarde yo también me sumaría a los locos de la radio." 


Esta es la explicación que me ha dado Eugenio de la leyenda en la puerta del Ford.

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