La lluvia me acompañó durante varios días (muchos para mi gusto) y no arrugué. Me puse la ropa de agua: polainas, pantalones chubasquero y pa'lante.
Hubo momentos en que era imposible rodar y me refugiaba donde podía, como en el caso de las fotos, donde solo encontré un portón, al que me pegué, mientras del tejado caía agua que pasaba a escasos centímetros de mi barriguita.
Fue inclusive una imprudencia que no pienso repetir y tampoco recomiendo a nadie.
Hay muy baja visibilidad y los camiones levantan cortinas de agua y barro. También se producen múltip`les pinchaduras y hay que salir del paso en las banquinas (arcenes) mientras nos gotea hasta la raya del "tujes"
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